Como no fue suficiente el sufrimiento que padeció la gran mayoría de los venezolanos en el 2016, ese señor hijo de puta llamado Nicolás Maduro se ha comprometido a que este año que apenas arranca sea peor. Ya todos teníamos la ligera sospecha, pero fue él mismo quien decidió confirmarlo con el anuncio de otro aumento de salario mínimo. Lo han vuelto hacer, venezolanos. Y nosotros ahí, indefensos, como si nada, agarrados de la única arma que a estas alturas nos queda: la indignación. Continúa la agonía. Posdata: Pedimos disculpas por el titular. En realidad no debimos llamar a nuestro primer mandatario "señor".
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